martes, 6 de noviembre de 2012

Historias encerradas bajo llave.


Apoyada junto a la puerta de aquel cutre y oscuro local enciende su cigarro con calma. Sus labios, pintados de un rojo que se vería a treinta metros de distancia, prueban el cigarro que segundos antes había encendido. Las piernas casi le tiemblan debido al corto y ceñido vestido negro que lleva puesto. Debe ser las dos de la mañana pero, para ella, todavía queda mucha noche por delante. 

 -Lucie. 
-Te he dicho que no me llames así. -responde ella de forma borde, como suele hacerlo siempre.
-Perdón, quise decir Em. -dice y aquel joven baja la cabeza.
-¿Que quieres? 
-Quería saber si te ibas ya.
-¿Estás de broma? No son ni las dos de la mañana.

Y se aleja de allí con su particular movimiento de cadera. Deja a su amigo con la palabra en la boca. Bueno, no se le puede definir como amigo. De hecho, ella no tiene amigos. Nadie sabe quien o que le hizo cambiar así. De repente. Antes era una chica alegre y siempre que podía se alejaba de los problemas. Ahora los busca y sólo se preocupa por divertirse en esos locales a los que nadie, meses atrás, podría imaginar que acudiría.
Algunos valientes se atreven a decir que el chico del que estaba completamente enamorada la dejó de una forma que no merecía. Otros dicen que en su familia hubo problemas que la llevaron a recurrir a esta nueva y perjudicial forma de vida. El resto, no dice nada. Por miedo. Miedo a ella. Ahora casi todos le tienen miedo. 

Dejando caer el cigarro al suelo se sienta en un banco. La calle está demasiado oscura y solitaria pero a ella le da igual. Siempre está sola. Su vida hace un par de meses que está incluso más oscura que esa calle. Mira su móvil y abre el único mensaje que tiene en él. Es de Sara, la única amiga que le quedaba y, a la que ha perdido también hace poco.

-¿Otra vez tú? -dice en voz alta, como si pudiera oírla alguien.

Se dispone a llamarla para volver a decirle que la deje en paz, pero algo, o más bien alguien, se lo impide. 

-Ya sé que no quieres saber nada de mi. 
-¿Si lo sabes por qué coño vienes a buscarme?
-Sólo quería hablar contigo. Hace semanas que no hablamos...y estoy preocupada por ti.
-¿Preocupada? ¿Por mi? ¿Desde cuando alguien se preocupa por mi, Sara?

Ella se sentía tan vacía. Quizás no encontraba la mejor forma de expresar todo lo que llevaba dentro. Quizás por eso nunca se atrevía a decia nada. Quizás no sepa controlar el nudo que le impide hablar cuando piensa en todo eso. Ella, aunque haya querido proteger su corazón con hierro, aún sigue siendo débil. La gente no lo cree, pero le han hecho mucho daño. ¿Quien, si no ella, sabe lo que es pasar por que alguien, a quien creías importante, te aparte? ¿Quien mejor que ella conoce la sensación de que, a esa persona, no le importe ni ella ni sus sentimientos una mierda? Había más historias que contar. Más secretos encerrados en el fondo de su alma. Más lágrimas y muchas más noches de desesperación. De busqueda entre sus sábanas para encontrarlo a él entre ellas.
Aunque nadie lo sepa, ella está rota pero sigue haciéndose la fuerte.

-A mi me preocupa la situación en la que estás. 
-Pero, ¿que más da eso, Sara? ¿Acaso alguien se ha preocupado estos meses atrás? Ni siquiera tú lo hacías. No sabes lo que estoy pasando. No sabes nada, Sara. Ni te imaginas que estos lugares me los busco para no estar en casa. Ni sabías que él me había tratado como una mierda. Y ahora vienes porque te preocupo. No sabes una mierda de mi.

Por mucho que quisiera seguir hablando, ya el nudo en su garganta no se lo permitía. No quería llorar. Claro que no quería hacerlo. Para ella, llorar delante de alguien, se había convertido en la mayor prueba de vulnerabilidad y eso, no podía permitirselo. ¿Hacía cuanto que nadie la abrazaba? ¿Hacía cuanto que no lloraba toda una noche en el hombro de nadie para, a la mañana siguiente, sentirse mejor? Ella no era la chica que había creado. Ella era demasiado frágil. Tanto como la porcelana. O quizás más. Y ahora no podía más. Necesitaba alguna razón por la cual levantarse y dejar de ser la chica a la que todo le importa una mierda. Para dejar ese difraz que ella misma se había creado. Porque ya no podía más.

-Sabes que no es así Lucie....digo, Em.

Vuelve a tragar saliva. Con fuerza. Casi se desgarra su pequeña y frágil garganta, pero consigue que el nudo le permita unos cuantos minutos para hablar sin romper a llorar.

-Claro que lo sé. Lo que tú no sabes es que todo esto -dice señalando su cuerpo entero- no es más que un disfraz. Un disfraz que he creado para ocultarme de mi misma. Para huir de las cosas a las que no quiero enfrentarme. Lo que no sabes es que él, aquel que tanto decía quererme, sigue con su vida como si nada hubiera pasado entre nosotros. Y lo que tampoco sabes es que me llamó de todo antes de dejarme. Sólo vienes aquí para...-deja de hablar otra vez. Casi rompe a llorar.

Todos tenemos tantos secretos que guardamos para nosotros solos que, si alguna vez salieran a la luz, la gente no podría creerlo. Todos tenemos tantas historias dolorosas en lo más hondo de nuestra alma...encerradas con llave, para que no se puedan escapar jamás. Todos sabemos mejor que nadie lo que es pasar una noche entera dando vueltas en la cama o lo que se siente al dormirse con lágrimas en los ojos. Todos sentimos que queremos que todo se acabe o deseamos que sólo fuera un sueño. Nadie sabe bien lo que sentimos, ni nuestro mejor amigo. Y son tantas las veces que hablan sin saber.
La vida de Lucie, o Em, había cambiado en un segundo. En un abrir y cerrar de ojos. Sin poder creerlo perdió todo lo que creía tener seguro en su vida. Sin poder hacer nada por arreglarlo, continuó llorando por las noches, en vez de hacerse fuerte. 
Una lágrima se derramó por su mejilla y entonces supo que todo había terminado. Ya no podía más con todo eso. Ya no podía seguir fingiendo ser quien no era. Ya no podía seguir teniendo el corazón de hierro. Ella era frágil, y como frágil que era, se partió.

3 comentarios:

  1. Dios, esta genial :3333 Es impresionante, lo vas a seguir ¿no? Espero que si por que esto es perfección en serio... AKGOUAHGUWHTGUSDGA, MADRE MIA!!! QUE ME HAS MATADO JOOOOO TE ESTOY AMANDO EN ESTOS MOMENTOS ASDFGHJKLÑ
    Calmate Sara... Bueno, pues que espero otro capitulo.
    Genial eh?
    Besos
    Una Sara enamorada de como escribes <33

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    1. Ay, por dióh. Muchísimas gracias, cielo. Te juro que no sabes la ilusión que me hace que me comentes, en serio. Pero bueno...entre que no tenía pensado seguirlo y que, encima, no me lee ni Dios, pues como que no sé yo...A nadie le interesa lo que escribo, JAJAJAJAJAJAJAquedeprimente.
      Bueno, pero me alegra mucho que me digas estas cosas y dsfiohowefburif. Ay, que musháh grasiah.

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    2. pues a mie tienes por aqui, y si, por supuesto que esta chica te va a leer. y va a llorar, reir, y millones de cosas mas con tus entradas, te lo aseguro... a mi de mis 12 seguidores, solo 2 son las que leen lo que escribo. asi que no te deprimas. yo puse tu blog en el mio para que vieran lo genial que eres, prro aun jo me han leido... pero bueno, que yo si voy a estar aqui y que al menos habra una lectora y personita que comenta.
      Se te quiere por aqui.
      Sara

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El tiempo, que se escurre entre los dedos.