viernes, 16 de noviembre de 2012

La importancia de ser pequeño siendo grande a la vez.

¿Y a ti? ¿Que te hace tan grande?

Dale a play.

El otro día encontré unas viejas cintas que me habían grabado cuando yo no era más que una renacuaja. Las puse y estuve sonriendo durante un tiempo demasiado largo, diría yo. No estoy acostumbrada a sonreír por tanto tiempo. Pero me vino bien. Y estuve pensando varias cosas, por eso hago esta entrada. 
¿Nadie se ha dado cuenta lo bien que vivimos cuando tenemos cinco años? Cuando lo único que nos preocupa es si nos estamos divirtiendo lo suficiente. Cuando no tenemos ningún problema que resolver y pasamos el día sonriendo. Y quejándonos porque no queremos ir a dormir tan temprano. Cuando sólo llorabamos porque nos habíamos caido y nos habíamos hecho daño.
En esos momentos no sabíamos lo que era hacerse daño por dentro. No sabíamos que en un futuro tendríamos que resolver problemas que nos quitarían horas de sueño. No sabíamos que todo sería tan complicado unos años después.
Porque, ¿no es verdad que a todos nos gustaría tener cinco años siempre? A mi, por lo menos, si. A mi me gustaría pasarme el día riendo. Sabiendo que no hay nada que me preocupe. Sin ningún motivo por el que llorar o dar miles de vueltas en la cama. Con miles de motivos para reír a carcajadas. Para enfadarme si no quieren darme los caramelos que me prometieron. Para dibujar saliéndome de las líneas. Porque da igual, tengo cinco años. Que más da si tengo la falda más subida o si tengo la boca manchada de chocolate. Que más da si voy saltando por la calle mientras mi madre me grita que no me aleje. No importa, tengo cinco años. No tengo nada que perder. Todo está a mi favor. Y yo, yo simplemente, estoy feliz.
Por otro lado, no sería tan genial tener cinco años para siempre. Porque no aprenderíamos nada. No sabríamos resolver un problema y nos derrumbaríamos por cualquier tontería. No podríamos contar lo que hemos vivido porque se nos olvidaría. No encontraríamos personas, o diamantes, como dice alguien muy especial en un libro muy especial, nunca. No podríamos pedirles a esas personas que nos lo contaran todo. No podríamos aprender de ellos y de sus historias. Ni tampoco podríamos estar sólos. Ni si quiera un momento. Un pequeño momento. 
Porque lo bueno de ser pequeño, es que también eres grande. Lo bueno de tener cinco años es que, aunque aún tus años no signifiquen nada, para alguien, lo significas todo. 
Y lo bueno de ser mayor es que puedes hacerte tu propia grandeza. O puedes destruirla. Y volver a ser pequeña. Puedes tener cinco años aún teniendo veinte. Puedes estar tranquila porque eres pequeña, en tu interior. Porque no quieres dejar de ser pequeña. O puedes estar nerviosa porque ya eres mayor. Y porque nadie te va a volver a convertir en esa niña de cinco años que reía por todo. 
Pero eres grande. 
¿Y entonces? ¿Que más da la edad? Si, cuando tienes cinco años todo es precioso. Y, hagas lo que hagas, no ves nada malo. Y, cuando eres mayor, todo te parece eterno. Pesado. Crees que nada tiene sentido o que no merece la pena seguir. Pero siempre, en tu interior, la niña de cinco años, sabe que tienes que seguir pase lo que pase. Porque las niñas grandes no lloran. Y tú eres grande. 
Entonces, ¿que más da si eres pequeño de edad pero grande de corazón? Si eres grande de alma. Si aspiras a ser todavía mejor. ¿Que más da entonces? Puedes ser mayor y ser grande. Puedes tener cinco años y serlo. Puedes ser imprescindible para una o para veinte personas. 
Toda la grandeza reside en tu interior, así que, ¿por qué no miras en él? Seguro que encuentras algo precioso. Algo que te hace grande. Muy grande. Algo que te hace especial. Y de lo que te sientas orgulloso. Algo que te cedió esa pequeña niña de cinco años. Y que ahora te hace más grande de lo que ya eras.

4 comentarios:

  1. Joder, no sabes la sonrisa que me has sacado, muchas gracias. Es una entrada muy preciosa :') y si, tienes toda la razón. Absolutamente toda. Y bueh ... no se que más decirte. Gracias por algo tan genial, que espero leerte pronto :3

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dios, sajbyuiasvbuifb. ¿Nadie te ha dicho nunca que eres una monosidad? Muchísimas gracias, cielo. De verdad, sdiubsauidbuf. Me encanta que te encante lo que escribo, jajajajaja.

      Eliminar
  2. Vale, es la primera vez que alguien que no me conoce ha escrito precisamente lo que siento. Dios, tu blog es como mi diario. Bueno, que no me voy del tema, pero que es precioso. En realidad es que es todo lo que llevo pensando desde que tengo quince años, bueno, o incluso menos. ¿Sabes lo que es tener compañeros de clase que te miren mal por comportarte como una niña pequeña? No valoran lo que significa ser pequeña cuando eres mayor, y lo feliz que eres siéndolo. En serio, me ha encantado. Aparte porque tú foto es monísima. Ai señor, escribes genial. Casi me pongo a llorar y todo. Es emocionante, en serio.
    Un beso enorme. <3

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Oh dios mio, asydvbaobdysavyusbcui. Te vuelvo a decir que cada vez que me comentas en una entrada, me haces sonreír. Te lo juro. Porque...es que yo a ti te admiro, y admiro como escribes. Y a tus pensamientos. Y admiro que siempre, y con cada una de tus entradas, me saques una sonrisa. O que me hagas llorar de la emoción. Y que tú, alguien a quien admiro y que escribe tan perfecto, venga a mi blog y me diga esto es demasiado dsifdnsiudbsuidbuif, como comprenderás. Y sobre todo para mi, que nunca me lee nadie. Y que tú lo hagas es increíble. Para mi sería una pasada con que solo leyeras mis entradas, así que, que las leas y encima me pongas comentarios como este, ya es demasiado. Jo, en serio, didebfuibfnuiefbnuif.
      Muchas gracias, de verdad. Porque siempre que me comentas me haces sonreír y sobre todo en este, que ha sido como muy especial porque, sinceramente, no me lo esperaba.
      Gracias por leer.

      Eliminar

El tiempo, que se escurre entre los dedos.