El precio de todo, el valor de nada.

 

Play.

  
El otro día leí una frase que me ha hecho pensar bastante y me gustaría escribir la reflexión que he sacado de ella. Creo que escribirlo aquí es mejor que explicárselo a alguien que, posiblemente, no me entienda.
La frase decía: 'Hoy en día, la gente sabe el precio de todo pero no conoce el valor de nada'. Esto puede parecer, a simple vista, una tontería. Algo que ha dicho una persona a la que ya nadie conoce o algo que no tiene ni pies ni cabeza y de donde no se pueden sacar reflexiones que te enseñen algo. Pero yo no pienso lo mismo. Pienso que esta frase expresa perfectamente lo que estamos viviendo ahora mismo.
Hoy en día nadie sabe lo que valen las cosas. Nadie sabe lo que, de verdad, es importante. Últimamente todos intentamos tener cosas materiales que, con el tiempo, no sirven de nada. Todos nos peleamos por el dinero y lloramos si no tenemos. Pero, ¿alguien se ha parado a pensar en lo que de verdad importa en esta vida?
Lo importante en esta vida es ser fiel a uno mismo. Son los abrazos. Los recuerdos. Las risas y las sonrisas que nos sacan y las que sacamos nosotros. Lo importante es querer y que te quieran. Contar historias y que te las cuenten. Llorar de la alegría o de la tristeza. Viajar. Ser feliz con la persona que quieres o con tu familia. Crear felicidad con poco. Con un simple beso o con un simple abrazo. Que quizás, para una persona no signifique nada, pero para otra lo signifique todo. El valor real de las cosas está en la felicidad que te aporta. El valor no está en el precio de algo, sino en las sonrisas que es capaz de sacarte.

Ayer mismo, en las noticias, salió un reportaje que, si no fuera porque mi madre estaba delante, hubiera conseguido hacerme llorar. En realidad estuve a punto de hacerlo.
Trataba de una madre que le estaba explicando a su hijo de ocho años que los iban a desahuciar. La madre le dijo que no pasaría nada, que solo tendrían que cambiar de casa y el hijo, al no comprender porque unos señores que tienen tanto dinero, les querían quitar la casa le dijo: 'Pero si ellos tienen mucho dinero..' y la madre le contestó: 'Si, pero nosotros, aunque tengamos muy poco, somos más felices que ellos'. Después de escuchar eso el hijo empezó a llorar y, cuando la madre le preguntó porqué lloraba, el le contestó que era de felicidad. Que, aunque tuvieran poco, eran felices. Y la madre, mientras lloraba sonreía y le decía a su hijo que no podía estar triste y que, siempre siempre, tenía que sonreír.

Esto, para muchas personas será una tontería y no tendrá valor ninguno pero, para mi, es increíble. Que una madre tenga el valor de hacer a su hijo feliz aunque por dentro esté destrozada, es increíble. Que algunas personas que lo tienen todo no sean capaz de ver lo que, de verdad, es importante y gente a la que van a echarlas de sus casas si, es increíble. 

Porque hoy en día esto es así. La gente tiene pero quiere más. Los políticos roban y dicen mentiras que, al fin y al cabo, ya no creen ni ellos. Los pobres tienen que buscar dinero de donde no lo hay para pagar sus casas y que no se las quiten. No hay trabajo y es difícil tener un motivo por el que sonreír. La gente llora cuando nadie puede verlos porque ya no saben que hacer para dar de comer a sus hijos. Y la sociedad es una jodida mierda que, aunque intente parecer mejor, no lo es. Porque hoy en día la vida es difícil y la felicidad parece inalcanzable. 
Pero las personas que no tienen nada saben que teniendo a su familia, lo tienen todo. Que sí, que es difícil eso de no encontrar trabajo por mucho que se busque. Y que sí, que esta situación en la que, ahora mismo, está España, es una mierda. Pero la felicidad está en ti y en como y con quien la busques. La felicidad está en saber el valor que tiene un abrazo o una sonrisa de tu madre. La felicidad está en mantenerte junto a los que de verdad te quieren y en no arrepentirte nunca de algo que te ha hecho feliz, como dice una grande, Jessica Cornish. 

En estos tiempos en los que te critican por ser diferente o por no tener ropa cara es importante saber el valor de las cosas que te rodean. Y es importante hacer recuentos de sonrisas tras un día agotador. Y quedarte con lo mejor. Y aprender de lo peor. 
En estos tiempos lo único que puede hacernos felices es no olvidarnos nunca de lo que es verdaderamente importante.